Me he pasado la mañana contando las monedas de mi cartera,hace días que rondaba por mi cabeza la idea de que mi cartera se había transformado en una caja registradora de cualquier autobús de mi ciudad,con cientos y cientos de monedas y con muy pocos billetes,no es que no los acepte como en los autobuses sino que no deben de llegar a mi cartera con la frecuencia que yo querría.
He comenzado por sacar la única moneda de dos euros que había,es la moneda del desayuno,grande y solvente como para financiar mi desayuno de mañana,uno de esos ratos de soledad en los que el periódico del día se convierte en tu fiel amigo mientras degustas una tortilla venida de la gloria y un café que sin ser de Colombia esta a la altura del mejor café de ese país.
Dice el refrán que tres son multitud,por eso debía ser que en mi cartera solo había una moneda de un euro,lo he visto muy claro,el pan de mañana esta saldado con este euro y todavía me sobraran veinticuatro céntimos que irán a parar...a mi cartera,¿a donde sino?
He comenzado por sacar la única moneda de dos euros que había,es la moneda del desayuno,grande y solvente como para financiar mi desayuno de mañana,uno de esos ratos de soledad en los que el periódico del día se convierte en tu fiel amigo mientras degustas una tortilla venida de la gloria y un café que sin ser de Colombia esta a la altura del mejor café de ese país.
Dice el refrán que tres son multitud,por eso debía ser que en mi cartera solo había una moneda de un euro,lo he visto muy claro,el pan de mañana esta saldado con este euro y todavía me sobraran veinticuatro céntimos que irán a parar...a mi cartera,¿a donde sino?