Ayer
conocí la crueldad del deporte,
después de casi 6 meses me
volví a calzar mis zapatillas de clavos y me enfunde la camiseta de mi equipo para tratar de volver a superar una vez mas los seis metros,distancia que se
había convertido para mi,hasta ayer,en una agradable rutina.
Desde muy temprano arranco mi
ilusión y a las once de la mañana ya visionaba el foso de la longitud sentado en las gradas y una hora mas tarde ya trotaba por la pista con el fin de hacer un
calentamiento intenso,pues el
frío era enorme y no se daban las mejores condiciones
climáticas para realizar una buena
competición.
El
calentamiento fue bien,tenia buenas
sensanciones,mis piernas iban y mis tobillos no notaban el
frío,los primero saltos sobre el foso me impresionaron,volaba largo y sin mucha dificultad,pero
rápidamente todo
empezó a cambiar,algo
debió de pasar en mi o
algún paso me salte,porque todo se
empezó a destruir
rápidamente y lo que
había sido un buen
calentamiento se
convirtió en una
competición horrible,
ningún salto supero la
calificación de desastre y los seis metros que hacia años años que no dejaba de visitar se convirtieron en un espejismo...
Ayer hubiera sido sin duda un buen
día para quedarse en la cama aprovechando la mañana para dormir o no hacer nada,pero esperemos que en la pista al aire libre regresemos a los 6:60 que el año pasado sorprendieron a propios y extraños.
La Columna Oscura del
día de hoy va dedicada a todos aquellos que
compartisteis pista ayer conmigo y seguramente conseguisteis
algún resultado mejor que el mio.